domingo, 3 de diciembre de 2017

La turba de los Avaros

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La siguiente historia está basada en hechos reales. La narra un avaro de vall d´uixo mientras engancha una regadera atada a una goma de goteo a una fuente  publica desesperado por la sequía. La charca del puente de san José que alimentaba su huerta , hace mese se secó. Es diciembre y hace más de medio año que no llueve. la tierra se ha vuelto árida y sus frutos miserables. El agua baja lentamente, tanto, que para mover el avaro 200 litros tarda cuatro horas mediante un ingenioso sistema de barriles comunicados que abre y cierra cambiando las gomas hasta recorre el agua docientos metro con cincuenta metros de goma de goteo.
Esto es lo que cuenta sobre su existencia a aquellos que le ven padecer :


Esta vivencia que observáis, es indigna de ser contada y de ser vivida buenos hermanos. ando afanado largas horas por los barrancos para coger turba de debajo de los algarrobos. con  ella doy alimento, humedad,  abrigo, como si fuera una manta, a los camellones de  mi huerto donde siembro mis hortalizas. Esta tierra es pobrísima, si fueran sus nutrientes comparados con los alimentos que ingieren las personas en los países, diríamos que es tierra  etiopeca. Carezco de agua, y de medios para recogerla si lloviera. así me veis, en este embarazoso y poco productivo sistema de llevar agua, a base de grandes esfuerzos , cargando garrafas en mis brazos; o pacientemente, esperando que vaya cayendo en viejos  bidones  haciendo su camino ! casi gota a gota 200 litros!
como se puede comprobar, este es el resultado del hambre, de la exclusión social, de la desmotivación, y del más grandes desprecio sostenido en el tiempo por la sociedad y las instituciones, largo tiempo sobre un colectivo de personas. Os admiraréis de lo que digo aquí, donde se escriben grandes mentiras sobre los acueductos romanos y musulmanes que tenemos rodeándonos  para atraer a los turistas, y los paseantes consumistas ociosos , como vosotros. ávidos de nuevos parques que les están construyendo entre las grandes piedras llenas de agujeros  que fraguaron vidas humanas en su construcción quedando sepultadas su historia entre sus juntas. ahora, todas estas piedras son inútiles, tanto como la observación por observar de las gentes que paseáis por este lugar. Solo se las puede comprender  si se camina bajo ellas, sintiendo su doloroso peso y dominación, afanado en recoger leña, agua, turba, pasando por el barranco de asusmet entre sus arcos con los tendones de los brazos cruzados y punzando por la lucha por la infraexistencia o subsistencia,  los pies hinchados y escocidos por el roce de la vieja piel de cerdo del zapatón remendado y el agua que se ha filtrado de los lodazales. He aquí sin exagerar, que entonces, amigos míos, uno respira formando parte de la turba, de esta miserable tierra y personas. Huele como ella, y actúa como ella, y entonces, solo entonces, descubre que da igual en el hoyo que te echen porque formas parte de este lugar.
Angelillo Uixó.

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